31.7.11




Con cada vaso de licor que tomás, acabas con cientos de células. Pero eso no importa mucho porque tenemos millones y millones. Primero mueren las de la tristeza, así que estás sonriente. Luego mueren las del silencio y todo lo dices en voz alta, aunque no haya ninguna razón, pero eso no importa. No importa porque después mueren las de la inteligencia y hablas con estupidez. Y por último, las células de los recuerdos... esas son difíciles de matar.

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