29.5.10

Quisiera que el mundo me tocara de costado,
la vida de costado
que me tocara suave, sin querer,
que ni siquiera me deje un rasguño, una marca,
ni una cicatriz pequeña.
Quisiera que nada me afectara, que
la vida fuera tal vez un manojo de flores
un ramo de olores,
un par de moscas que no zumban,
que no molestan.
Que nada moleste,
toque
rasgue
suene
duela.

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